Las jóvenes fueron elegidas a través de un programa de relación entre Jalisco y la provincia canadiense
El Programa de Intercambio de Estudiantes de Nivel Medio Superior Jalisco–Quebec, que une a familias tanto mexicanas como canadienses y está diseñado para fortalecer el aprendizaje del francés, propició que siete estudiantes quebequenses estuvieran durante tres meses en la Preparatoria de Puerto Vallarta de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y que en enero próximo la misma cantidad de alumnas del plantel del Sistema de Educación Media Superior (SEMS) viajen a la provincia del país de la hoja de maple.
Al respecto, la licenciada Ilse Torres Uribe, profesora titular de la lengua gala en la Preparatoria, comentó que la iniciativa del gobierno del estado ha beneficiado en un par de ocasiones a la escuela del Sistema: en 2013 una adolescente fue elegida para el intercambio y en esta ocasión —que se inscribieron 11 preparatorianos— siete estudiantes viajarán a Canadá, luego de haber sido anfitrionas de alumnas de Québec que estuvieron en Puerto Vallarta.
“El objetivo claro es que el dominio del idioma francés logre solidificarse en nuestros bachilleres. Las chicas que estuvieron con nosotros estudiaron las asignaturas que su programa académico les demandaba, en idioma español. Ahora nuestras alumnas viajarán para vivir la experiencia, ellas en francés. Estos lazos refuerzan nuestro trabajo en las aulas y les dan a los jóvenes experiencias de gran riqueza cultural”.
Torres Uribe añadió que quienes se inscribieron al programa tuvieron que acreditar una serie de parámetros para ser candidatas al intercambio, como por ejemplo: un nivel concreto de dominio en el idioma francés, permiso por escrito de los padres o tutores, ser menores de edad, contar con un promedio mínimo de 85, entre otros.
Asimismo, puntualizó que la colaboración conjunta de las familias que sirven como anfitrionas es fundamental, debido a que son quienes se encargan del alojamiento, la manutención con respecto a la alimentación de los alumnos y el recurso para el transporte; además de ser quienes se responsabilizan y se comprometen a propiciar la hermandad.
“Es un acto muy agradable y enriquecedor. Los adolescentes no solamente conocen la lengua en las zonas donde se habla, sino que comparten elementos típicos y que arraigan a las personas como las formas de interacción social, la comida, al igual que las tradiciones. Con esto sumamos nuestro grano de arena a los ejes de trabajo que tiene el SEMS, al propiciar la internacionalización y la movilidad”, concluyó.